jueves, 24 de enero de 2013

BIOFILIA EN ACCION

Inspirado por el deseo común de volver a conectar a la gente y los espacios con la naturaleza.

Resulta increíble pensar que unos pasos tan sencillos puedan suponer un impacto así de beneficioso en los resultados finales de una empresa y el bienestar emocional de sus empleados; o bien, en la forma en que estudian los alumnos o en cómo se curan los pacientes de un hospital. Nos anima a volver a conectarnos con la naturaleza y cambia para mejor la experiencia humana de los interiores.


La necesidad de conectarse con la naturaleza, y con los beneficios que hacerlo con lleva, no son conceptos nuevos. Aunque, por primera vez, somos capaces de comprender de forma cuantificable el profundo impacto que ello tiene en un entorno construido, para después responder a este deseo innato aplicando principios biofílicos en el diseño de edificios e interiores.
El diseño biofílico hace uso del aire fresco, la luz del día y los elementos hídricos. Crea conexiones visuales y físicas con la naturaleza. Incorpora materiales naturales o aquellos que imitan a la naturaleza y a sus formas. Después aprovecha la comprensión de la evolución humana para guiar el diseño, los acabados y los adornos, lo que produce determinadas emociones en los que allí habitan. Y todo porque los espacios que reflejan los hábitats naturales familiares, como espacios abiertos o protegidos, están codificados en nuestro ADN.




Ya no se puede ignorar más la verdad de la biofilia. Los estudios científicos han demostrado los beneficios físicos, psicosociales y prácticos de la biofilia en campos tan diversos como la sanidad, la educación y la fabricación, entre otros.
Y, en la actualidad más que nunca, el diseño biofílico es tanto una estrategia de diseño reparador como un oportunidad de negocio competitivo, que impulsa las innovaciones en cuanto a estética, funcionalidad y sostenibilidad.
La economía de la biofilia
Por qué diseñar teniendo en mente la naturaleza tiene sentido en términos económicos